Desde muy pequeña que recuerdo jugar muchas horas al taller que tenía mi abuelo rodeada de limas y sierras para manipular maderas y hierros. Seguramente por eso los olores y el ambiente de talleres siempre me han gustado.
Recuerdo también llevar entre mis dedos lápices para llenar libretas y paredes de trazos. Mi trabajo lo he ido desarrollando pero el dibujo, como base fundamental para proyectar ideas, siempre ha formado parte de mí como principio de realización de cualquier pieza.
La joyería es mi medio de expresión. Reflexiono sobre la vida y materializo las ideas a partir de símbolos universales. Me gusta porque es un trabajo de construcción de pequeño formato, que me permite controlar todo el proceso desde la idea inicial hasta el resultado final. Proyectar y construir significan para mí vivir instantes de plenitud.
Trabajo con oro, plata y piedras. Las piedras naturales nos pueden proporcionar bienestar porque nos conectan con nuestra esencia, la madre tierra. Es por eso que solo adquiero y trabajo con chatones que han sido cuidadas en todo su proceso y no han sido manipuladas químicamente.
